La segunda vida para las baterías
Una economía circular – como se mencionaba en un artículo publicado por la ONU [4] – resulta crucial en el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
No obstante, a la hora de prestar atención a la reutilización de baterías de automoción en aplicaciones con el vehículo estacionado, actualmente existen muchas incertidumbres y todavía hay que llevar a cabo un gran trabajo.
Un aspecto importante radica en que los requisitos para volver a usar los subsistemas de batería necesarios deben tenerse en cuenta desde el comienzo del desarrollo de sistema de batería; por ejemplo, es más viable la reutilización de módulos (o celdas de un BMS a nivel de celda). Debido a los aspectos de seguridad, las soluciones de almacenamiento de energía residencial suelen estar limitadas a 60 V o menos, lo que es muy compatible con los módulos de automoción.
Otro aspecto es que las celdas de baterías readaptadas para una aplicación de segunda vida deben contar con alguna garantía de esperanza de vida. Esto se puede asegurar a través de EIS local con una estimación del estado de salud (SoH) y una memoria EEPROM integrada en el subsistema de batería para almacenar los datos históricos de uso de celda. Todavía no está claro si se requiere un microcontrolador en la celda o en el módulo para esta misión, siempre y cuando los BMS de primera y segunda vida tengan acceso a esta característica y a la memoria.
Por lo tanto, con independencia de si se elige un BMS modular o a nivel de celda, el BMS de segunda vida debe ser capaz de hacer uso de los datos y a la interfaz de comunicación de la aplicación original. Si la celda o el módulo contienen un microcontrolador con software específico de OEM, también se necesitaría poder eliminar, deshabilitar o reemplazar este software completamente.
Así pues, una aplicación “(re)fabricada” de segunda vida se puede crear al cargar el software y una IP dedicada con un nuevo valor añadido en la plataforma de hardware flexible. Queda claro que las consideraciones de segunda vida conformarán los requisitos al abordar cualquier estandarización posible de los chipsets de gestión de baterías [6].
