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FPGA para aplicaciones de ciberseguridad

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FPGA para aplicaciones de ciberseguridad

Microsemi Corporation ha anunciado una nueva incorporación a su portfolio de Ciberseguridad para SmartFusion2 SoC FPGA e IGLOO2, con tecnología Physically Unclonable Function (PUF) de Intrinsic-ID.

Esta combinación de FPGA para aplicaciones de ciberseguridad y tecnología PUF, la primera de la industria, dota a diseñadores de sistema de una solución ultra segura a la hora de desarrollar un amplio rango de aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT).

Microsemi implementa la tecnología PUF de Intrinsic-ID usando SRAM on-chip y es compatible con un “fingerprint” o “biometric signature” del FPGA, formándose a medida en cada chip de silicio que está siendo fabricado.

Al definir un diseño con SRAM y tácticas defensivas (countermeasures) adicionales, como anti-tamper mesh y control de potencia PUF, Microsemi consigue un mayor nivel de resistencia al “sabotaje” en comparación con FPGA con IP o soluciones basadas en software. Cuando cesa la alimentación, su clave secreta desaparece del chip. No existe tecnología conocida que pueda leer esta clave sin alimentación.

Además de las capacidades integradas de SRAM-PUF, las FPGA para aplicaciones de ciberseguridad de Microsemi integran un motor de Criptografía de Curva Elíptica (ECC) para resistir ataques de análisis de potencia diferencial (DPA) mediante countermeasures de Cryptography Research.

Futuro de las FPGA para aplicaciones de ciberseguridad

Otro aspecto clave de la ciberseguridad radica en la operación de aplicaciones IoT, ya que una identificación positiva es esencial para autenticar las máquinas en comunicaciones M2M, pudiendo así rechazar datos de sistemas “usurpadores y maliciosos”.

Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, el robo de IP cuesta a las compañías de este país entre 200.000 y 250.000 millones de dólares anuales. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por su parte, estima que los costes de falsificación y piratería suponen un impacto de 638.000 millones de dólares al año.