Recompensas para los fabricantes de automóviles
Establecer un solo protocolo para la mayoría de las funciones tiene beneficios monumentales para los fabricantes de automóviles que se enfrentan no solo al bus CAN, sino también a múltiples estándares específicos de cada aplicación.
Cada año, el modelo trae mejoras a los sistemas ADAS, que a menudo requieren nuevas cámaras, radares, sensores de ultrasonido (y LiDAR en el futuro), así como cambios en los sistemas de información y entretenimiento y navegación.
El resultado es que en los vehículos de hoy en día no es raro tener 40 arneses de cableado diferentes, de 80 a 100 unidades de control electrónico (ECU) y 300 cables que en conjunto abarcan hasta 4 Km, y que pesan hasta 114 Kg. Los múltiples tipos de cables requeridos para diversas aplicaciones también presentan desafíos de compatibilidad electromagnética (EMC), ya que cada uno tiene sus propios requisitos.
Para satisfacer las demandas de los automóviles que pronto emplearán cientos de millones de líneas de código en comparación con los 100 millones de líneas actuales, la industria está haciendo la transición a una arquitectura zonal electrónica / eléctrica (E/E) basada en Ethernet que agrega sensores en un solo enlace. desde la puerta de enlace zonal a una red troncal.
Esta nueva arquitectura se basa casi por completo en Ethernet, cuyas capacidades Plug-and-Play se adaptan de manera única a los entornos orientados a servicios que definirán los vehículos en el futuro. Los dispositivos se pueden conectar y desconectar en tiempo real, sin tiempo de inactividad, una ventaja significativa sobre los buses CAN. Dicho esto, el bus CAN ha servido bien a la industria automotriz durante muchos años y continúa haciéndolo para aquellas aplicaciones para las que es más adecuado, por lo que es probable que se conserve durante años.
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