Evitando que millones de contadores inteligentes vayan al vertedero con un pequeño módulo “actualizado”
¿Qué sucede cuando millones de dispositivos se vuelven obsoletos repentinamente por el inevitable progreso de la tecnología?
Pues una compañía que ofrece contadores inteligentes de consumo de energía eléctrica a un millón y medio de hogares y negocios en Países Bajos se enfrentó a dicho problema.
Esta empresa de servicios públicos recurrió a TWTG, especialista líder en proyectos industriales-IoT con sede en Róterdam, a la hora de diseñar el módulo retrofit que pudiera trabajar con sus contadores inteligentes instalados y comunicarse usando los últimos protocolos inalámbricos.
Un aspecto crucial era el requisito de proporcionar un dispositivo de almacenamiento de energía que fuera lo suficientemente pequeño y potente y, por ello, también se contó con el respaldo de AVNET Abacus para obtener la solución deseada y ayudar con el diseño del nuevo módulo.
Millones de personas en Europa y el resto del mundo se benefician de contadores inteligentes que contribuyen a reducir su factura energética. Estos contadores miden continuamente la cantidad de energía que se está consumiendo y, una vez al día, transmiten los datos a la empresa eléctrica, donde se recopilan y se ponen a disposición de los clientes para conocer su consumo.
Al principio, los contadores inteligentes enviaban la información a través de la red de telefonía móvil 2G/GPRS, pero los reguladores nacionales están ordenando cada vez más el “apagado” de estas tecnologías de red más antiguas para subastarlas y liberar ancho de banda. Por su parte, las empresas de telecomunicaciones tienen previsto proceder al cierre de estas redes a lo largo del año que viene y los servicios de voz y datos se entregarán a través de redes 3G/4G y, finalmente, 5G. Y a esto se suma la necesidad de soportar la generalización de protocolos e infraestructura de redes WAN de bajo consumo (LPWAN), como LTE Cat-M1, NB-IoT y LoRa.
Esto supone un gran desafío para las empresas de servicios públicos, ya que se enfrentan a la amenaza de la sustitución necesaria de toda su base instalada de contadores inteligentes, y que podría terminar en un vertedero, con los consecuentes costes en espiral en términos de logística e instalación de nuevos dispositivos.