Los nuevos acelerómetros analógicos industriales KX220 de Kionix incorporan un diseño compacto y gran ancho de banda, hasta ±40g, resultando ideales para la detección de vibraciones y de choques en aplicaciones industriales y comerciales.
Kionix, compañía del Grupo ROHM, anuncia la serie de sensores KX220, una nueva familia de acelerómetros analógicos triaxiales de media g. Inicialmente hay dos versiones disponibles: KX220-1071 y KX220-1072, que ofrecen rangos de ±20g y ±40g, respectivamente, y anchos de banda máximos de 4,5 a 8 kHz. Ambos sensores incorporan funciones de autocomprobación, solo consumen 0,25 mA a 3,3 V y se suministran en encapsulados LGA de 10 patillas y 3 x 3 mm.
“Es bien conocida la rápida evolución de la tecnología digital en los sensores dentro del mercado de consumo”, señala Nader Sadrzadeh, CEO de Kionix. “No obstante, las compañías industriales ahora están reconociendo las ventajas de estas tecnologías y están aumentando sus inversiones en ellas con el fin de alcanzar una mayor eficiencia, reducir costes y mejorar el rendimiento”.
Sin embargo, a diferencia del mercado de consumo, con sus ciclos cortos de actualización, a menudo no tiene sentido en el sector industrial dejar de lado la infraestructura existente y adoptar soluciones digitales debido al importante capital que ya se ha invertido, la larga vida operativa de los equipos y la necesidad de asegurar la continuidad. Por tanto, aunque la tecnología digital domina el ámbito del consumo, la tecnología analógica sigue muy viva y a menudo es la preferida en aplicaciones industriales. Kionix reconoce esta necesidad, de ahí que complemente su gama digital, de gran ancho de banda y media g, incorporando los acelerómetros analógicos de la serie KX220.
Usos para los acelerómetros analógicos industriales
Dado que la principal aplicación de los sensores industriales es la supervisión de máquinas y procesos físicos, el rango de g y los requisitos de ancho de banda generalmente son mayores que en los dispositivos portátiles de consumo.
Estos sensores se dirigen a aplicaciones que van desde el análisis de vibraciones hasta la detección y medida de choques e impactos. Los mercados a los que sirve son supervisión del estado y diagnóstico de máquinas, robótica y automatización, y control de procesos de fabricación.