La tecnología NFC, también conocida como comunicación de campo cercano, se ha vuelto una herramienta cada vez más presente en la vida cotidiana. Esta tecnología posibilita el intercambio de datos entre dispositivos cercanos sin necesidad de contacto físico.
El ingeniero de I+D de Electrónica OLFER, Adrián Garcés, explica que la comunicación NFC se deriva de la tecnología RFID, y se caracteriza por ser una comunicación inalámbrica de corto alcance (hasta 20 cm) y alta frecuencia (13,56 MHz).
La creación de esta tecnología data del año 2004, y su rápida aceptación ha hecho que su uso se extienda a cada vez más dispositivos y aplicaciones diversas.
La comunicación NFC se realiza mediante inducción, generando un campo electromagnético que permite el intercambio bidireccional de información entre dos dispositivos cercanos a través de las antenas en espiral.
En cuanto a los modos de comunicación NFC, podemos distinguir dos:
- NFC activo: En este modo, ambos dispositivos generan su propio campo electromagnético para el intercambio de información, y el flujo de datos es bidireccional. Un ejemplo práctico de uso sería el intercambio de archivos entre dos teléfonos móviles.
- NFC pasivo: En este caso, sólo uno de los dispositivos genera el campo electromagnético mientras que el otro dispositivo aprovecha esta energía para intercambiar la información, y el flujo de datos es unidireccional. Un ejemplo práctico de uso sería la validación de un billete de autobús mediante un abono de transporte.
La tecnología NFC (Near Field Communication) ha demostrado ser muy útil en el sector de la iluminación, permitiendo la comunicación entre dispositivos inteligentes de forma rápida y sencilla. De esta manera, se pueden controlar luces y otros elementos de iluminación con tan solo acercar el dispositivo con NFC. La tecnología NFC también ha sido implementada en otros sectores, como el de los pagos móviles, la identificación de productos, y la autenticación de usuarios en sistemas de seguridad, entre otros.
Por lo tanto, es una tecnología de comunicación inalámbrica de corto alcance que permite el intercambio de datos entre dispositivos cercanos. Esta tecnología tiene una velocidad de transferencia de datos relativamente lenta (hasta 424 Kb/s), lo que limita su capacidad para compartir datos de gran tamaño o a velocidades más rápidas. Sin embargo, la conexión mediante NFC es extremadamente rápida (< 0,1s) en comparación con otras tecnologías inalámbricas como Bluetooth (> 5s), lo que la convierte en el método ideal de intercambio de información en multitud de aplicaciones.
Entre las aplicaciones más extendidas de esta tecnología se encuentran los pagos móviles, las tarjetas contactless, la automatización de acciones a través de etiquetas NFC, la sincronización de dispositivos y los ajustes en la configuración de dispositivos, siendo esta última una de las aplicaciones más relacionadas con el sector de la iluminación.